A diferencia del lenguaje, que tiene regiones y
áreas del cerebro diseñadas para desarrollarlo eficientemente, para la lectura,
debemos entrenar al cerebro a fin de desarrollar las aptitudes necesarias para
leer. Es así que la lectura comienza con el conocimiento de fonemas, esto es, la habilidad para reconocer y
usar los sonidos. En el idioma español, encontramos 24 de estos sonidos con los
que nosotros creamos todas las palabras del idioma. El conocimiento de estos
fonemas forma parte de la habilidad llamada conciencia fonológica.
El inicio de la lectura también está asociado con
el aprendizaje del alfabeto, lo que significa que una persona debe:
- Asociar sonidos con las letras del alfabeto que muchas veces tienen el mismo sonido como la c y la s, como cima y sima; o la s y la z, como en casa y caza.
- Diferenciar sonidos de palabras que tienen un sonido similar o casi un mismo sonido. Como tubo y tuvo; o rayar y rallar; o valla y vaya.
- Asociar sonidos como la ch en chasis o chancho.
- Aprender a identificar la ubicación de determinadas letras del alfabeto que cambian su sonido según se asocian, como la h en hielo o en chala.
Según los especialistas, los estudiantes que desarrollan
una mejor conciencia fonológica, se inician rápidamente en la lectura. Si bien
el conocimiento del fonema es importante, no es lo único que debe aprenderse
para convertirse en un lector competente, estará también el desarrollo de
procesamientos superiores como el sintáctico y el semántico. En este sentido,
para leer, el cerebro activa muchos sistemas en paralelo que apoyan el
procesamiento cognitivo como la percepción, la atención, la memoria, el
razonamiento y el lenguaje oral, por ejemplo.
Programa de Formación en Neuroeducación BRAINBOX®.
CEREBRUM 2013