¿CÓMO LA EXPERIENCIA PROVOCA APRENDIZAJE Y MODIFICA EL CEREBRO?
Cualquier estímulo que provenga de las diversas experiencias
que vive una persona (ya sea resolver problemas de matemáticas, atrapar una
pelota o sentir emociones en una obra de teatro), está siendo transformando en
el cerebro en señales neuronales y creando patrones eléctricos y químicos. De este
modo, cada pensamiento, acción o percepción – con una determinada frecuencia,
intensidad y duración – estimulará distintos conjuntos de neuronas en el
cerebro, provocando una cascada de cambios en las redes neuronales de una serie
de circuitos hasta consolidarse en aprendizaje.
Cuando la experiencia la repetimos varias veces, activamos
los mismos circuitos nerviosos y los fortalecemos. De este modo, el aprendizaje
se va consolidando hasta el punto de ejercer influencia a nivel molecular,
permitiendo una mayor eficiencia del circuito y codificando la experiencia o
comportamiento en la memoria de largo plazo. Varias son las estructuras
involucradas en esta tarea, como por ejemplo, la corteza prefrontal que participará
de las funciones como el razonamiento y la planificación. Otras estructuras
como el hipocampo y la amígdala –ubicadas en el lóbulo temporal- participarán
de funciones como la memoria y habilidades emocionales. Estas estructuras están
conectadas con la corteza a través de elaboradas rutas de circuitos neuronales.
No podemos hablar de un único centro para el aprendizaje, la memoria o el
lenguaje, ya que muchos circuitos en red trabajan de forma integrada.
El cerebro está en un estado de continua actividad a lo
largo de nuestra vida, es decir, tiene varios sistemas activados y realiza
conexiones para responder al ambiente interno del organismo y al ambiente
externo, organizando respuestas en forma de pensamientos, lenguaje y conductas.
A medida que aprendemos, el cerebro se adapta para utilizar de la mejor manera
posible la nueva información almacenada. En este sentido las experiencias y la
intensidad de las mismas, van cambiando físicamente y funcionalmente nuestro
cerebro gracias a esta increíble capacidad que posee de modelarse para
aprender, adaptarse y responder al entorno, la cual denominamos plasticidad cerebral.
La neuroplasticidad entonces,
es una propiedad del sistema nervioso que nos indica que cambia dinámicamente
en respuesta a la estimulación (sensorial, cognitiva, emocional, física,
social). En este proceso, las neuronas consiguen aumentar sus conexiones con
otras neuronas de forma estable, como consecuencia de la experiencia.
Cuando se produce un aprendizaje, a menudo podemos observar
cambios asociados a la función biológica. Como afirma P. Howard-Jones (2010),
el aprendizaje va acompañado de un cambio de los patrones de actividad en las
redes cerebrales y no de un incremento o disminución de una única región. Por ejemplo,
al realizar una serie de multiplicaciones, al principio, éstas activan las regiones prefrontales relacionadas
con la memoria de trabajo; sin embargo, una vez ejecutada la tarea repetidas
veces, el rendimiento mejora y las regiones posteriores incrementan su
actividad.
Las experiencias de aprendizaje y de enseñanza en el
contexto educativo formal o no formal, también son insumos esenciales para el
desarrollo del cerebro. Cabe al educador planificar experiencias de calidad,
con la frecuencia, duración, intensidad y oportunidades adecuadas, pensando que
lo que está haciendo dejará una huella que podrá ser indeleble en el desarrollo
de un ser humano.
*Información extraída del libro: Brainbox by Cerebrum. Tomo III. FUNCIONES CEREBRALES QUE NOS HACEN DIFERENTES. Página 8.
*Información extraída del libro: Brainbox by Cerebrum. Tomo III. FUNCIONES CEREBRALES QUE NOS HACEN DIFERENTES. Página 8.